19.12.11

Caballo
























"¿Quién?, piensa Polo, mientras la humedad le va entrando, definitiva, en las alpargatas negras. ¿Schultz o ellos? Cachila sigue adelante. Cachila, en el pastizal, se transforma. Se vuelve, cree él, un soldado en medio de la selva. La humedad, después de la tormenta, enrarece el aire. ¿Quién?, murmura Polo, que siente en la planta de los pies una suavidad que le recuerda las noches de pesca en el Salado".

Fragmento de Caballo (La propia cartonera, Montevideo, 2011).


13.12.11

El nudo
















Ese auto, ahí. El blanco. Llegó cerca de la una de la mañana. Y un rato después, cerraron la ventanita del sexto, la manchada de oxido. Eso fue un nudo. El descubrimiento de una ley. Yo hace unos meses que ocupo la garita. Me gusta, desde la garita, buscar ciertos patrones comunes. Una continuidad en el tiempo. Cuando empecé a trabajar – un primo de mi esposa me consiguió el trabajo: me dijo que la iba a pasar bien siempre y cuando en los momentos de conflicto me resguardara; me aconsejaba que, en lugar de hacerme el macho, tratara de salvar el pellejo; si te portás así, me dijo, el trabajo es piola. Lo único malo es el tiempo –. La primera noche la recuerdo completa, cada detalle, cada movimiento de autos y personas. La recuerdo como se recuerdan las caras en un impacto violento. A la semana entendí lo que significaba esa frase: lo único malo es el tiempo. Porque no me dejaban tener ni radio ni televisión. El tiempo, entonces, era verdaderamente un animal desesperado. Me acechaba, incesante. seguirleyendoEl Nudo

Hernán Ronsino Foto: Taller Fotografía Barrio Piedrabuena (coord. Pablo Vitale)


www.laciudadcaptada.blogspot.com

8.12.11

Los límites y la forma histórica

Por Hernán Ronsino.

¿Cuánto de peronismo hay en la construcción, en el armado del kirchnerismo? ¿Cuáles son sus límites? ¿Cuál será la forma histórica que tomará, finalmente, en los proximos cuatro años el gobierno de Cristina?
Octubre fue un mes cargado de referencias simbólicas para el movimiento popular y nacional. El 17 de octubre, las elecciones presidenciales con un triunfo histórico de la presidenta, el primer aniversario de la muerte de Kirchner y la condena a los genocidas de la ESMA, a los asesinos entre otros, de Rodolfo Walsh.
Uno de los ejes centrales del kirchnerismo es la intervención política sobre el plano simbólico del campo nacional y popular. El kirchnerismo ha sabido recuperar, restañando las heridas abiertas por la dictadura y profundizadas, luego, por el menemismo, un discurso, una palabra política y la consolidación, a su vez, de una memoria. En ese lenguaje simbólico está la gran potencia progresista del kirchnerismo. Pero, sobre ese efecto simbólico, que supone también una ampliación de ciudadanía, funciona una base material que – si bien ha restituido el circuito productivo, recuperando a los sujetos que el capitalismo necesita – tiene una lógica mucho más moderada que el discurso simbólico.
Por lo tanto, pensar en la herencia del peronismo es pensar en los límites del kirchnerismo. La trama que sostiene al movimiento está tejida materialmente, en las provincias, por liderazgos conservadores: Gioja, Soria, Insfrán, Scioli. Y, por otro lado, hay un discurso emitido por el liderazgo de Kirchner, primero, y de Cristina después, que recupera ciertas tradiciones nacionales y populares, ciertos espectros progresistas. Esta construcción es, primero, la herencia del peronismo, y, sin dudas, el gran desafío del kirchnerismo para repensar sus límites.
Desde hace unos meses se escuchan discursos, palabras que tienden a ubicar, a poner en su lugar los entusiasmos progresistas. Cristina, por ejemplo, hace unas semanas dijo: “Yo nunca pretendí ser revolucionaria, siempre fui peronista”. En la reunión del G20, con una libertad inusual y conmovedora en sus palabras para decirles a los líderes del mundo que han fracasado por no saber resolver la crisis financiera mundial, Cristina dejó expuesta la contradicción que define al kirchnerismo y que, a su vez, lo sigue haciendo funcionar en la matriz peronista: “Hay que volver al capitalismo en serio”. Allí, en esa tensión del discurso en el G20, en la potencia simbólica, en la libertad para decirles a los lideres del mundo que han fracasado, por un lado, y, por otro, en la expresión – que generó, incluso, dudas antes de ser manifestadas en la conciencia de la presidenta, “quien me viera hoy en mis tiempos de universitaria hablando de volver al capitalismo en serio” – que el capitalismo está desbocado y hay que volver a un sistema de producción y de consumo. Allí está la tensión entre la base material, moderada, y el discurso, la palabra que recupera la vitalidad de la militancia y de la conciencia progresista. Es decir, la palabra kirchnerista que conmueve.

El filósofo Zizek, en una nota – curiosamente – publicada en Clarin, dice que “el capitalismo es el auténtico problema”. Muy distinto, entonces, es el gesto de Cristina en el G20 al de Rafael Correa en la Cumbre Latinoamericana, retirándose frente a la presencia del Banco Mundial.
El desafío está en los límites y en la posibilidad – cierta y concreta, hoy, después de las elecciones de octubre – de superar las tensiones propias de una construcción peronista. En los proximos cuatro años el kirchnerismo encontrará su forma. Pero esa forma, aún, es tan abierta como una encrucijada. No se juzgará al kirchnerismo de la misma manera si el kirchnerismo se cristaliza, finalmente, en Scioli o si puede resolver el legado histórico. El kirchnerismo es el único actor político que puede, después de tantos intentos, dar ese giro dialéctico para salir, como dice Matías Roderio, de la biblioteca de Perón. Pero también puede no hacerlo. La salida del peronismo no está pensada aquí en términos antiperonistas sino, más bien, en una superación progresista. Porque la contradicción entre lo material y lo simbólico es la contradicción del peronismo. Y esa herencia está hoy atravesando la identidad kirchnerista.


1.11.11

Firicial

Hernán Ronsino.

“¿Qué es esto que veo? ¿Qué dibujo se dibuja delante del dibujo de mis ojos?”. Hay una voz desfasada. Una voz que habla desde las grietas de una Casa. Y habla dejando fluir una tensión de signos y exclamaciones. Habla con un ritmo, con el deseo voraz de alcanzar un ritmo. Un sonido atravesado por la conflictividad que constituye una lengua. La lengua creada en Firicial, la casa libro (GEL, 2011), la nueva novela de Elías Suárez, se teje sobre una tensión, sobre una búsqueda. Una Casa montada sobre cimientos que se revisan una y otra vez. Se trata de una sensibilidad en estado de desgarramiento. No importan los argumentos lineales, cartesianos. Aquí importa percibir, a partir de fragmentos, el mundo, la ruralidad de la Casa, con otro registro. Con un sonido propio: el viento, el ladrido de los perros, el tren. Elías Suárez convoca, así, de un modo inusual para los escritores jóvenes contemporáneos, a una profunda introspección del lector. Un lector que debe sumergirse en la profundidad de una lengua en crisis. Firicial, la casa libro funciona como un espejo que nos refleja, en definitiva, para indagarnos. Para indagar una forma de lector. Para indagar una forma de escritura. ¿En qué se convierte la literatura cuando olvida la tensión que está en sus orígenes, cuando olvida la complejidad que la funda? Esta pregunta atraviesa el texto y, a su vez, se convierte en su desafío. La novela propone, entonces, una aventura. La de bucear en el torbellino de una Casa; en el enigma de su historia; en los espectros que la constituyen y la rondan con palabras; en su memoria. Entrelazado con el efecto macedoniano y la interrogación por la forma gombrociana (“¿por qué caminos se llega a estos torcidos y anormales caminos?” se pregunta Gombrowicz en el epígrafe), el libro, con un ritmo vertiginoso y fluido, con un sonido propio, produce un efecto semejante – como dice Daniel Muchiut – al de recibir una trompada justa y final en el medio de la cara, en una noche helada. Ahí está su efecto político. Respirando, silencioso, como un animal desesperado, a punto de atacar y ser atacado, rodeando la Casa, atravesándola en la profundidad de la noche. Así, al acecho, queda el lector en la compleja selva del lenguaje que propone Suárez.

9.10.11

proyección

























Pre-estreno documental "Chivilcoy, la fundación de un pasado",
Viernes 14 de octubre, 19 hs, Centro Universitario de Chivilcoy.
http://www.youtube.com/watch?v=-BVWIpxjGfg

1.10.11

Una piedra que se escribe

En este punto ser joven funciona como una suerte de síndrome ventajoso y perecedero para un mundo que valora y conjuga la promesa. La juventud parece exigir recortes urgentes e irradiar proyectos que enmarquen a cada generación. Toda tropa de escritores nuevos llega y encuentra, sin quererlo, sus trincheras naturales listas... lo que sucede en el campo literario latinoamericano no es sólo una cuestión de juventud, pero ocurre que los que llegan siempre cuentan con luz artificial y acceso a una burbuja editorial en la que se corre el riesgo de engordar demasiado. No es que sea una norma, pero a veces los tiempos de ascenso y caída de un autor o de una supuesta generación son llamativamente cortos. Basta mirar hacia la generación del autodenominado crack mexicano.

Gran nota de Oliverio Coelho en Ñ: Los que llegan, los que están

20.9.11

25


La FIL Guadalajara presenta 25 formas de leer el continente. Autores cuyo talento se ha consolidado en sus países,
pero que aún son poco conocidos fuera de éstos
, 25 tesoros literarios a la espera de ser descubiertos.
http://www.fil.com.mx/25/

4.9.11

Sobre la lengua

Resuenan, allí, los ecos de una lengua erosionada. Una lengua que suprime los bordes de algunas palabras o altera letras. Entonces algunos nombres dichos oralmente son muy distintos a la forma en que aparecen escritos. Claro que la fidelidad a ese decir tiene sus limitaciones. Como también la negación de su potencia a partir de un puro sistema de reglas predominante. Por eso cuando me encuentro, en las pruebas de imprenta, con las anotaciones de la correctora, me enfrento a un dilema.
www.revistaenie.clarin.com

1.9.11

Esa mujer

Subrayo una frase que, estoy seguro, Hemingway toma de Clausewicz, pero no cita a Clausewicz: “La guerra es un acto de violencia que cometemos para compeler al adversario e imponerle nuestra voluntad”.
Escritores del mundo.

26.8.11

Santa Rosa

En el transcurso de este mes se publicaron dos novelas, Trampa de luz (Eterna Cadencia) de Matías Capelli y Pequeñas intenciones (Edhasa) de Jorge Consiglio, que, casualmente, trabajan teniendo como epicentro la presencia de la tormenta de Santa Rosa.
Revista Debate

15.8.11

En ciernes/ 2

En septiembre, el Número 2 de En ciernes/Epistolarias – Sumario

Editorial/ Especial Extranjero: Boverio-Ronsino-Russo- Guiñazú/ Carta al padre: Nicolás Lavagnino/ De viajeros: Miguel Vitagliano- Dardo Scavino/ Cartas sobre la mesa: Juan José Valle (presentadas y seleccionadas por Luciano Guiñazú)/ Polémica contemporánea: Tomás Abraham-Diego Tatián/ Misivas clásicas: Carlos Astrada (presentadas y seleccionadas por Guillermo David)/ Encrucijadas: Martín Cristal- Carlos Busqued/ Matías Rodeiro/Postales: Laura Meradi


25.7.11

Narrar la provincia

Dentro de lo que se conoce como nueva narrativa argentina, es decir, escritores de treinta y cuarenta años que comenzaron a mostrar sus textos después de 2001, ha ido apareciendo, de un modo cada vez más visible, una serie de autores nacidos en distintas provincias argentinas (Córdoba, Chaco, Entre Ríos, por ejemplo). Con sus obras ambientadas en pequeños pueblos o en ciudades del interior, publicando en editoriales prestigiosas de Buenos Aires y de España, han ido construyendo estéticas reconocidas por la crítica y que, sin dudas, introducen, retomando la línea de autores como Héctor Tizón, Daniel Moyano, Mempo Giardinelli, una renovación en el imaginario literario argentino. La renovación no sólo se da por ser narradores que cuentan del interior sino -y esto es lo más importante- por la apuesta estética que imponen. La exploración del vínculo familiar, el entorno natural y la manifestación de la violencia parecen ser , en estos autores, las marcas que atraviesan la escritura. Ninguno de ellos, por ejemplo, queda atrapado por el viejo fantasma del costumbrismo siempre ligado al relato de los pequeños lugares. El espacio geográfico además de portar la marca autobiográfica aparece en estos textos como la plataforma de experimentación de una búsqueda literaria.
Revista Debate

10.7.11

La fundación de un pasado























http://www.youtube.com/watch?v=-BVWIpxjGfg
Trailer del documental "Chivilcoy, la fundación de un pasado"
Dirección: Gerardo Panero
Producción: Alexis Abarca
Guión: Hernán Ronsino
Música: Marcos Larrañaga
Dirección de fotografía: Eric Elizondo
Montaje: Jorge Gentile
Sonido: Gino Gelsi
Producido por: Aji Flims
Duración: 26 Minutos

2.7.11

le Cucaracha

El 30 de junio se inauguró el décimo festival de teatro de la Cucaracha (!) de Remiremont-Le Val d'Ajol, en Les Vosges, Francia. Se abrió oficialmente con la lectura de la novela "Glaxo".
llde.hosting.transpac.fr
Hebdomadaire d’information et de petites annonces. Rubrique loisirs et culture

29.6.11

Saer

“Una novela lograda existe no como suma de ideas o de tesis, sino a la manera de una cosa sensible, y de una cosa en movimiento que se trata de percibir en su desarrollo temporal, a cuyo ritmo hay que adaptarse y que deja en el recuerdo no un conjunto de ideas, sino más bien el emblema y el monograma de esas ideas”.

Esto lo dice Blanchot. Si hay una obra que puede responder con contundencia a esa definición de Blanchot, ésa es la obra de Juan José Saer. La obra de Saer puede ser pensada, entonces, como una cosa sensible, en movimiento. Que deja huellas, marcas que perduran suspendidas en la memoria del lector.

Hay dos momentos que atraviesan esa definicion de Blanchot. Dos momentos que, a su vez, son los dos grandes efectos que produce la obra de Saer. Es decir, el monograma saeriano: la exploración perceptiva del mundo y su relación con lo político.

Como plantea en sus diálogos con Piglia, Saer persigue construir un universo narrativo que suceda como un poema, y ese suceder que lo atraviesa todo, ritmo, fraseo desaparramado en la página, se parece a un río. Hay, como en el universo de Juan L., un río que lo atraviesa todo. Por eso la obra de Saer tiene lo que plantea Blanchot, es decir, se trata de una cosa sensible, en movimiento, como un río, o un poema, a cuyo ritmo temporal hay que adaptarse. Se trata, en definitiva, de un pulso narrativo que tiene su propia respiración. Su propia manera de percibir el mundo. [Seguir leyendo]

La percepción y la política: una lectura que contrasta Responso de Saer con La Ribera de Wernicke. Texto leído el 28 de junio de 2011 en “Lo Imborrable: Jornadas sobre Saer” en la Biblioteca Nacional.

26.4.11

Revista En Ciernes Epistolarias
























Número 1

Especial Trenes: Ronsino-Guiñazú-Boverio-Russo/Carta al padre: Nicolás Prividera/De viajeros: Oliverio Coelho- Ricardo Romero-/Polémica contemporánea: A Sacher-Horacio González/Misivas clásicas: Goethe-Schiller/Encrucijadas: Horacio Banega-Carlos Gamerro-Darío Capelli-Mariana Casullo-Sebastián Russo/Postales: Eugenia Herrera


http://enciernesepistolarias.wordpress.com/

13.4.11

Cinco

Primero leí El amante y después Escribir. Dos libros que me resuenan todo el tiempo. Como ritmo, como respiración. Pero cuando leí Un dique contra el Pacifico de Marguerite Duras me sucedieron algunas cosas más intensas. Primero que ese ritmo y esa respiración perduraban en el texto con un largo aliento. Y después la idea general de la novela. La lucha constante de esa mujer, la madre, por salir de la pobreza, la estrategia para ganarle espacio al mar. La fragilidad de ese desafío. Hay una escena, en especial, que, en medio de tanta desesperación, me provocó algo que, pocas veces me ocurre, y es la risa. Reírme en la lectura de una novela. Reírme con la risa y la burla de los personajes que se ríen de sí mismos, de sus propias frustraciones frente al muchachito rico que desea a la hija de la madre. Y está dispuesto a dar todo por amor.

Cinco libros en lo de Berti


6.2.11

Para pensar la década

























Con textos de Daniel Filmus, Emir Sader, Daniel Arroyo, Bernardo Klisberg, Ricardo Rouvier, Silvia Agostinis, Stella Maris Lemos, Hernán Ronsino, Marta Bellardi, entre otros.

4.2.11

Revista En Ciernes/Epistolarias (Anticipo)

La presente carta aparecerà en el nùmero 1 de la Revista En Ciernes - Epistolarias Abril de 2011, junto a una respuesta de Carlos Gamerro.

Buenos Aires, Enero 2011

Estimado Carlos:

Libertella afirmaba que siempre se escribe por demanda. Creo que en este caso convergieron varias que me permiten dar forma a esta misiva para contarle la cantidad de afecciones, pasiones y conceptos que la lectura de Las Islas me provocó la primera vez que la leí, y el inmenso disfrute de la relectura que acabo de finalizar. En la segunda lectura, además de recordar mi primera ‘quebradura de cabeza’, me dediqué obsesivamente a buscar y rastrear indicios que validaran ciertas interpretaciones que jugaban en mi cuerpo de lector, casi copiándole los juegos de adivinanzas y listas que propone en su ensayo sobre Felisberto Hernández y Silvina Ocampo.

Carta de Horacio Banega al autor

Huellas del pasado