30.6.12

Faulkner



Por Hernán Ronsino.
Cuenta Onetti que cuando Faulkner murió los comerciantes de Oxford pusieron en sus negocios un cartel que decía: “En memoria de William Faulkner este negocio permanecerá cerrado desde las dos a las dos quince”. No sé si será cierto lo que cuenta el uruguayo pero en el caso de que sea cierto hay una forma de homenaje, ahí, en ese tiempo suspendido, breve, donde no se hace dinero. Un tiempo que no es dinero dedicado a recordar a un escritor. ¿Pero cuántos de esos comerciantes lo habían leído? ¿Y cuánto, a su vez, había de mito en ese duelo? ¿Cuánto del mito que sobrevuela, hoy, alrededor de Faulkner? Esa imagen, por ejemplo, que los hermanos Coen muestran en Barton Fink. Un hombre aturdido – no sólo por dinero – que escribe, borracho, guiones para proyectos de películas que muchas veces se frustran. Un genio desesperado. Ese hombre que recién podrá superar sus problemas económicos cuando reciba el Nobel. ¿A quién homenajeaban, entonces, los comerciantes de Oxford? ¿Al autor consagrado, mítico o a Billy? Billy, el tipo que era como ellos. Que parecía como ellos. (seguir leyendo Un artefacto que deja huellas)

25.6.12

Noticias de Alemania

Critica de Glaxo en el taz (diario alemán):

Ronsino gelingt es, mit einer sparsamen, präzisen Prosa das verhängnisvolle Beziehungsgeflecht zu skizzieren und die bedrohliche Atmosphäre einzufangen. In der beklemmenden Enge des Viertels verwundert es kaum, dass seine Bewohner fixe Ideen haben: Der eine glaubt, man könne an den Zehen das Schicksal der Menschen ablesen, der andere malt sich beständig den Tod seiner Nächsten aus, ein Dritter hält die Beine der Negra Miranda denen der Marilyn Monroe für ebenbürtig, ein Vierter träumt von Zügen (...) Ronsino lässt die Notizen von der Deindustrialisierung des Landes wie beiläufig in seine Geschichte einfließen. Zurück bleiben am Ende des Romans ein trister Vorort und ein Kriminalfall, den der Leser zwar für sich gelöst hat, wobei er aber auch feststellen muss: Die Gespenster der Vergangenheit bleiben, der Täter kommt ungeschoren davon, der Verrat des Freundes bleibt unentschuldigt und die Eisenbahn wird zum Phantomschmerz eines abgehängten Hinterlandes.

http://www.taz.de/1/archiv/digitaz/artikel/?ressort=ku&dig=2012%2F06%2F23%2Fa0045&cHash=8f11a89246

Huellas del pasado