6.4.07

El más infeliz de los recién llegados

En cuanto he llegado a Nathal, me pregunto qué se me ha perdido en Nathal, en cuanto he llegado a Viena, me pregunto qué se me ha perdido en Viena. Como el noventa por ciento de los hombres, en el fondo quiero estar siempre donde no estoy, allá de donde acabo de huir. Esa fatalidad ha empeorado en los últimos años en lugar de mejorar, y con intervalos cada vez más cortos voy a Viena y vuelvo otra vez a Nathal y desde Nathal a alguna gran ciudad, a Venecia o a Roma, y otra vez de vuelta, a Praga y otra vez de vuelta. Y la verdad es que sólo sentado en el coche, entre el lugar que acabo de dejar y el otro al que me dirijo, soy feliz, sólo en el auto y en el viaje soy feliz, soy el más infeliz de los recién llegados que puede imaginarse, llegue a donde llegue, en cuanto llego, soy infeliz. Soy de esas personas que, en el fondo, no soportan ningún lugar del mundo y sólo son felices entre los lugares de donde se marchan o a los que va.


Thomas Bernhard
El sobrino de Wittgenstein

1 comentario:

defecto föhn dijo...

kafka decía algo similar, hablaba de que nuestra vida era movernos de una jaula a otro y que sólo en el trayecto entre una y otra éramos libres, el resto era cárcel. un grosso bernhard, injustamente (o no, no sé) olvidado, o poco difundido.

Huellas del pasado