1.9.10
Europa. 1947
Hay varias mujeres en la vida de Sivori. Pero me voy a detener en tres. Tres mujeres reales o imaginarias. Sabemos, desde Cine 1, que un día una mujer ocupa el departamento de enfrente de Sivori. Esa mujer se llama Pina Bosch. Es traductora. Y Sivori porque es un hombre que sabe observar, la espía, la contempla, la desea. Sivori espía, contempla, mira a la mujer de enfrente mientras piensa en otra mujer. Eva Perón. Tiene que hacer una película sobre Eva Perón. En tres partes. En Cine 1, sobre el 17 de octubre. Ahora, en Cine 2, sobre ese viaje que Eva realiza por Europa en 1947. Si bien es cierto, en Cine 2, ha dejado de observarla a Pina Bosch con la fascinación con que la observaba en Cine1: “Las cosas han cambiado y él preferiría que no hubieran cambiado, él preferiría seguir espiando a la mujer de enfrente” (pag 74). Hay cosas que han sucedido en el entorno de Sivori y en la vida de Pina, pero de todos modos la mujer está ahí; para Sivori la mujer de enfrente está ahí traduciendo a un novelista alemán, Botho Strauss, y mira, cada tanto, una película: Dogville. Hay varias cosas que ponen en relación a estas tres mujeres. Me refiero a Pina Bosch, Eva Perón y Grace Mulligan, la protagonista de Dogville. Hay cosas que estas mujeres comparten. Son jóvenes. Rubias. Y hermosas. Las tres llegan a un lugar para cambiarle la vida a un hombre. En el caso de Eva Perón y de Grace Mulligan, las dos mujeres llegan a un pueblo que no sabe recibir. Eva llega a una sociedad que piensa a la pobreza como algo dado, natural; la pobreza le permite a los ricos ejercer el acto de la caridad, la limosna. Eva irrumpe en esa sociedad para cambiarla. Las tres mujeres manejan, además, el arte de la interpretación. Pina Bosch es traductora. Eva es actriz. Eva interpreta en la historia argentina un nuevo rol, construye en siete años un mito. “Sivori sostiene que la reescritura de un nombre y la construcción del propio mito en solo siete años es uno de los géneros y una de las obras maestras propias del siglo XX” (pag. 12). Pensando a Eva desde Sivori podriamos decir que también traduce: ¿le traduce al pueblo algo que Perón no puede o no sabe decir? Eva ¿le traduce a Perón algo que Perón no puede o no sabe oír del pueblo? Sivori le hace decir a Eva en el guión de Europa 1947: “Perón soy yo”. Eva, como Pina Bosch, maneja el arte de la traducción. Y Grace Mulligan, en Dogville, esa película que Pina Bosch mira obsesivamente, interpreta un juego, quiere ser aceptada por el pueblo y para eso tiene que jugar. Tiene que jugar el juego del sometimiento y la mirada. “Te están mirando”, le dice Tom, el escritor, en un momento. Estas mujeres padecen. Padecen en el amor, en la enfermedad, con la injusticia. Pero si estas mujeres tienen cosas en común, más allá de las cuestiones que acabo de resaltar, es por Sivori. Sivori las articula. La mirada de Sivori las pone en relación. Porque Sivori, como Tom, el escritor de Dogville, es un hombre que sabe observar. (seguir leyendo:Europa. 1947)
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